Ya estoy en Edimburgo y casi he olvidado lo que es el verano... aquí estamos a unos 15 grados con el cielo totalmente cubierto de unas nubes espesas, aunque desde que llegué todos me dicen que al día siguiente mejorará y hará buen tiempo.
Ayer me despertaron dos angelitos en albornoz después de un lunes horrible de gastroenteritis y vuelo con ryanair. Pasé todo el día con los niños. Por la mañana fuimos a Inverleith Park toda la familia y me enseñaron más o menos como ubicarme y me dieron mapas. Cocinamos pizza con Marcus (el mayor) y por la tarde nos fuimos con las bicis a Victoria Park y nos pasamos la tarde en el parque. Cuando llegamos a casa merendamos y miramos una peli y más tarde hicimos una clase de castellano (cuando pueda colgaré una foto de lo que hicimos... qué cosa más tierna ver como niños cometen errores opuestos a los nuestros al aprender inglés). Después estaba tan cansada que ya casi no recuerdo nada de lo que pasó ni cómo pasó... lo más increible es que los niños se fueron a la cama con la misma energía con la que se habían levantado.
Hoy por la mañana llovía mucho, pero he podido dedicar la tarde a empezar a explorar la ciudad. He ido a Reaburn Place, una calle llena de tiendas de segunda mano... vintage de verdad, donde todo es tan hortera que no es ni guay comprar de verdad, pero que realmente está a precios de "reciclage". Intentando llegar al centro me he perdido por las callecitas, cuya situación no tiene ningún sentido. Toda la ciudad sube y baja y está llena de desniveles, además los nombres están más o menos organizados por zona y con el mapa n conseguía ver si estaba en Learmonth Place, Road, Street, Grove o Garden... he llegado a un cementerio precioso en la zona de Dean, lleno de tumbas antiguas del siglo XIX por el que he estado dando vueltas y después he intentado llegar a casa perdiéndome lo menos posible.
(esta casa va a ser mía... tiene que serlo...mirad que mona...)
