El segundo día fue día de exposiciones... empezamos por el museo Reina Sofía y vimos cosas muy raras, el Guernica rodeado de un montón de niños insoportables aprendiendo los colores (que no hay en el cuadro), algunas de las pruebas para el proyecto final, un metrónomo hechos por Man Ray y muchas otras cosas. De allí nos fuimos a la fundación Thyssen donde pudimos ver por fin los cuadros de Chagall (aunque solo la mitad de la exposición...qué chasco), pero valió la pena... Si algún día tengo mucho mucho dinero tendré un Chagall para alegrarme cada día cuando me despierte con todos sus colores. En la tienda del Thyssen encontré MI LIBRO, ni siquiera sabía que existía pero algún día cuando deje de ser doloroso pagar tanto dinero por algo estará en mi librería. Puestos a soñar...
Después una pausa y un helado eran necesarios y el Paseo del Prado nos servía. Pasamos la tarde paseando por Chueca, aprendiendo a orientarnos por la ciudad, tomando una merienda muy merecida y mirando tiendas (y encontrando sandalias)
El Prado lo dejamos para la próxima, así sabemos que hay algo que nos espera ☺
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