Hoy he leido un artículo muy interesante de Waldemar Januszczak, historiador del arte y crítico (podéis leer artículos suyos aquí y ver documentales suyos aquí). Lamentablemente este artículo en concreto no he conseguido encontrarlo porque hay que estar suscrito al periódico para poder leerlo, pero os dejo un resumen de lo que me ha parecido más curioso.
El artículo pretendía ilustrar lo curioso de porqué el Vaticano no está celebrando el 500 aniversario de la famosa capilla, pese a que sería una forma muy buena de promocionarse y captar turistas. El escritor considera que se debe a la personalidad del Papa que encargó las pinturas de la capilla a Michelangelo. Según él el Papa Julius II es un papa que no quiere ser recordado por el Vaticano. Un Papa conocido por ser el único líder de la iglesia católica que llevó sus tropas a una guerra para conquistar territorios perdidos, arrogante y con aires de Mesías.
Según Januszczak esta personalidad arrogante debería verse reflejada en las pintruas de la capilla, dado que difícilmente el Papa (o ninguna otra persona que encargara obras a pintores) dejara nada a la elección de Michelangelo. Dice que probablemente en el encargo estarían todos los detalles especificados y que debe haber algún tipo de huella que pretenda dejar constancia. Y efectivamente, dice que el apellido del Papa era della Rovere y que la capilla está infestada de robles en el fondo de las pinturas.
Otra de las cosas curiosas que remarca el crítico es como encima de lo que era la entrada a la capilla sale representado Zecheriah, uno de los profetas menos conocidos y más radicales de la Biblia, cuyos escritos solo hablan del fin del mundo y de la llegada de un nuevo Mesías que renovará y salvará la iglesia. Según Januszczak, Julius II, pudo haber sido tan arrogante como para creer que ese Mesías era él.
Lo cierto es que hay muchas partes de la capilla cuyo significado todavía se desconoce. Yo, saber, sé muy poco y soy de las que cree que es un gran fallo el desconocimiento de la cultura cristiana que tiene nuestra generación porque nos limita extremandamente la comprensión de la historia del arte. Pero el artículo me ha incitado un poco a saciar esa curiosidad... vamos a dedicar las siguientes noches a mirar algunos documentales, a ver qué voy descubriendo.
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