Friday, 21 September 2012

"Sale el Espectro" de Philip Roth

Hacía tiempo que quería leer algo más de Philip Roth. Cuando leí El animal moribundo hace un par de años me fascino el lenguaje, el erotismo y la sensualidad de los personajes, pero siempre intento dejar tiempo entre libros del mismo autor porque sino me parecen repetitivos y creo que pierden su valor. Con Philip Roth no fue menos... no podía leer algo con personajes pertenecientes a una élite intelectual judía norteamericana tan pronto...los aborrecería.

Así que en mi última visita a la biblioteca, rebusqué entre los títulos del autor y di con este y la historia, por ser algo tan diferente a lo que suelo leer, me atrajo. En realidad no era tan diferente, era solo que el protagonista era un hombre de 70 años y me pareció inusual.

Cuando empecé a leerlo creía que era la historia de un hombre de 70 años que había tenido cancer de próstata y por ello había decidido retirarse de la gran ciudad (Nueva York), a la que tras once años volvía. Pero a medida que iba leyendo me sorprendió ver que en realidad no había una historia, sino tres.

La primera, efectivamente, era la del anciano que regresaba a la ciudad en la que le toca reencontrarse con una sociedad muy cambiada. Se encuentra con que muchas personas siguen atormentadas por el ataque terrorista y ansiosas por irse de la ciudad, que muchas de ellas han sustituido los encuentros con sus amistades en persona por llamadas desde teléfonos móviles (no quiero ni imaginar la imagen que tendría el señor Zuckerman si lo viera ahora...) y con la competitividad que hay entre jóvenes por hacerse un hueco en el mundo de los adultos. Pero lo que más me ha gustado no ha sido el reencuentro con la ciudad ni con las personas que se ha encontrado, sino su percepción del cambio, sobre todo en si mismo. Como a los setenta empieza a fallarle la memoría y necesita tomar notas para recordar qué ha dicho, donde ha quedado, direcciones... porque ya no recuerda si debía ir a un resturante o a otro o si se había comprometido con comer con alguien o no. Además de eso, el coraje que debe tener una persona con incontinencia urinaria para embarcarse en tal aventura... es bastante genial.

La segunda, es la reflexión entorno a creación literaria y todo lo que la rodea: el reconocimiento, la influencia de la vida del autor en su obra, el orgullo al terminar una obra o lo difícil que es vivir de tus méritos. Todos los personajes están vinculados al mundo literario de una forma u otra. El protagonsita es un escritor reconocido, la mujer a la que desea es una escritora primeriza casada con un escritor sin aspiraciones. Luego está el mentor del protagonista, también escritor, y su amante ahora ya anciana y además el némesis del protagonista, un joven escritor que intenta hacerse un nombre entre la élite intelectual escribiendo la biografía del escritor que fue mentor del protagonista. Este entramado de personajes reflexiona a menudo sobre estas cuestiones, cada uno desde su situación.

Siempre me han parecido un poco pesadas este tipo de reflexiones, pero tengo que reconocer que en este libro están muy bien integradas en la historia... no es la reflexión con la excusa de la historia, ni el monólogo interior de uno de lso personajes, sino que pertenece a la historia, que sería mucho más supérflua sin ello. Sin embargo, me parece que recurrir a este tipo de reflexiones, además de ser una herramienta del escritor para compartir sus inquietudes sin la necesidad a hacer un ensayo sobre ello, es una herramienta para controlar el target de lectores y ganarse el reconocimiento entre otros escritores que sí valorarán las reflexiones. Es como una forma de distanciarse de ser una novela bestseller y creo que eleva la calidad y categoría literaria de la obra a un nivel algo superior.

En cualquier caso, la tercera parte de la historia es, como en El animal moribundo, el deseo. El protagonsita desea a una escritora treinañera y teje toda una fantasía a su alrededor que, dado su miedo a intentar integrarse de nuevo en un mundo que ya considera que le queda grande, cree imposible. Pese a ser muy poco extensa, me han provocado mucha ternura los extractos de diálogos inventados por él entre él y ella para saciar sus deseos de tenerla.

La complejidad del estilo, la organización y la caracterización de los personajes creo que hacen de la novela una obra mejor que las demás del mismo estilo. No es una novela sobre el paso del tiempo, ni una novela sobre el miedo a envejecer, ni una historia de amor, es todo ello y mucho más.

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